Las abejas no solo recolectan néctar, también son expertas comunicadoras, y la miel juega un papel importante en cómo se comunican entre sí. Cuando una abeja recolectora encuentra una buena fuente de néctar, regresa a la colmena y realiza una “danza” conocida como la danza del meneo. Esta danza indica la dirección y la distancia de la fuente de alimento, y la miel tiene un rol crucial en este proceso.
Las abejas usan diferentes tipos de miel para transmitir la calidad de la fuente de néctar. Dependiendo de la concentración de azúcar en el néctar, la abeja puede elegir qué tipo de miel compartir durante su danza. Las demás abejas prueban esta miel mientras observan la danza, lo que les permite decidir si vale la pena seguir la indicación de la recolectora. ¡Es como si las abejas tuvieran un “lenguaje” que combina movimiento y sabor!